Tenemos la oportunidad, como sociedad y como país, de liderar a escala global el desarrollo de la Economía Social, de la economía con impacto económico, social y medioambiental al mismo tiempo, de la economía para las personas y para la comunidad.
En momentos de tanto ruido y tensión como los actuales, es importante saber mantener la calma y tener visión de futuro, es decir, tener capacidad de planificación estratégica para diseñar un horizonte de posibilidad que nos permita, entre otras cosas, crecer de forma sostenida a largo plazo.
En este sentido, la Economía Social está alcanzando niveles de notoriedad social como fórmula fundamental para la innovación, un espacio de creación de oportunidades y un elemento dinamizador de la economía que se inserta a la perfección en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Siendo moderadamente optimistas, la creación del Hub de Vanguardia de la Economía Social está llamada a convertirse en una pieza clave del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la Economía Social y de los Cuidados, no solo porque supone una oportunidad de dinamización y actualización del sector, sino porque, además, representa un desafío colectivo de grandes dimensiones, cuyos resultados dependerán, en gran medida, de nuestra capacidad como país para alcanzar grandes consensos sociales.